jueves, 16 de diciembre de 2010

Granada: Casería de Los Cipreses


A mi madre

En la vega de Granada las fincas de regadío son conocidas como “caserías”. Mis abuelos maternos construyeron en la de su propiedad una casa cortijo al estilo andaluz. El predio se llamó con lógica y armonía “Los Cipreses”, pues a esa especie pertenecían los preciosos ejemplares que escoltaban el largo carril de entrada.

La casa se inauguró el 12 de septiembre de 1927 para acoger los festejos de la boda de mis padres, ya que a tal fin fue expresamente levantada. Mi madre me recordaba que ese día se conmemoraba el “dulce nombre de María”. Y yo rememoro ahora a mi madre, la persona más dulce que ha existido. Era toda generosidad, bondad y ternura. Vivió para los demás, nunca para sí. Pocos días antes de morir entré en su habitación. Muy débil ya, me dijo: “déjame mirarte a los ojos. Quiero saber cómo estás”. De su sufrimiento, ni una palabra.

La casería, de regadío y con algunos marjales de secano para cereal, era labrada por el capataz de la finca, llamado Frasquito, con la ayuda de tantos jornaleros cuantos lo requirieran la estación y los cultivos. Su mujer, Ángeles, tenía un diente de oro y se ocupaba de tareas domésticas, que incluían amasar el salvado para las gallinas, recoger sus huevos y evitar que una perra mil razas llamada Cuqui me mordiera más de la cuenta. Aún hoy día, cuando desayuno cereales con salvado, me acuerdo de Los Cipreses.

A principios de los años cincuenta, el trigo, la avena y la cebada se segaban a mano. La trilla se hacía con mulas, en eras preparadas a tal fin apisonando un rodal de tierra. La parva quedaba tendida en la era después de trillada y se aventaba con horcas para separar el grano de la paja. Luego se cernía aquél en cedazos. Algunas veces dormí en la era con los segadores. Tan exótica experiencia ha dejado en mí dos nítidas vivencias. La primera es que las picaduras de mosquitos de era son una buena pejiguera. La segunda, que las briznas de paja esparcidas al viento pican más que los mosquitos. Pero yo era feliz.

El ciclo del cultivo del cereal se cerraba en septiembre con la quema de los rastrojos. Tarea apasionante. Se elegía una tarde desventada y con rastrillos extendíamos el fuego estratégicamente por los cuatro costados de un haza. El olor a paja quemada me duraba días en el pelo. Por lo visto se siguen quemando rastrojos en zonas cerealeras de España y continúa también la polémica sobre si tal práctica es beneficiosa o perniciosa para la capa fértil del suelo. Útil no lo sé, divertido mucho.

15 comentarios:

  1. Me pillas hoy "blogueando".

    Este escrito si que es un regalo de "Navidad". Me encantan los recuerdos, evocar tiempos de infancia que tanta impronta dejaron.

    Sueña que de alguna manera a tu madre le llegará este mensaje (no soy creyente)

    Un abrazo

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  2. Manuel al leer tu real relato Granada: Casería de los cipreses, me has emocionado de veras ,con tus dulces palabras en el recuerdo de tu familia y a tu madre en especial de tus hermosas vivencias de niño.

    Que entrada más emotiva en estas fechas especiales, dedicada al recuerdo.
    Tu madre la persona que más te ha querido en la vida y tu a ella.
    Preciosa tu escritura y sentimientos.

    Abrazos de MA amigo mio ,con olor a romero granadino.

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  3. Me dejas "touché", mi querida "danzeuse"...tampoco creo, pero a ella la siento...Abrazos

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  4. Tu mejor tono, Manuel, es memorialista, y hoy el recuerdo de tu madre, su bondad y cariño alcanza a tus lectoras. Y yo, que si creo, estoy segura de que tu madre anda por aquí, entre las palabras que has escrito.

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  5. Emotiva descripción emanando nostalgia y dejando vislumbrar esa admirable veta sentimental.
    Qué elocuentes las palabras de tu madre : Pensaba en tí... no en ella.
    Y además era hermosa.
    Me has conmovido y has logrado que a través de la lectura de tu entrada me enredara con mis recuerdos(Pocas veces nos detenemos a mencionar episodios de nuestro vivir relacionados con lugares, seres y sentimientos) :Mi padre amaba una "casería" en Asturias , yo saqué fotos de ella y las guardo como un tesoro.
    Cuando pienso en él y siento que lo necesito ... miro las fotos.
    Lo que narras de los segadores también me remonta a imágenes que guardo con sumo deleite.Jamás vi a nadie segar como lo hacía él.Y éso que prefería los libros a la guadaña...
    Lo sigo amando ... y como se marchó a destiempo no pude decírselo( Freud y Lacan me entienden)
    Un beso Manuel.
    Bella entrada!

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  6. Cuando apareces en la nostalgia y el cariño, tu ternura es inmensa.
    Gracias por este precioso regalo.
    Un beso.

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  7. Gracias mil, amiga Amaltea. Una vez más, la razón te asiste: yo también aprecio un poco más mis letras que recuerdan el territorio de mi infancia, dentro de que tengo muy presente mi pequeñito peso específico como escritor. Pienso que el poder de la ternura materna no tiene que ver con la fe: la realidad que nos rodea no me impide buscar otra realidad, soñada e invisible...quizás la belleza de la poesía sea el camino. Perdona el tostón.

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  8. Mi querida Carmela: me ruboriza tu comentario, que mejora el texto por ti comentado. También yo lamento en el alma no haberle dicho a mi madre, en vida suya, lo mucho que la quise. Por eso se lo digo ahora...¡en el regazo de un madre joven! tal y como la imagino...Besos.

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  9. Bella mujer....y su mirada inspira dulzura, armonía..
    Amigo Manuel....tienes el óvalo de su bello rostro.

    Besos

    Maite

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  10. La casa familiar... la infancia como un hermoso e inagotable legado.
    Belleza, serenidad, bondad: soñadores ojos que dejaron para siempre toda la dulzura del mundo prendida en sus manos pequeñas, delicadas, dadoras.
    AMOR MADRE, caballito de plata, flor del mundo.

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  11. La casa familiar, la infancia como un hermoso e inagotable legado.
    Madre: belleza, serenidad; manos pequeñas, delicadas y dadoras, que dejan para siempre toda la dulzura del mundo.
    AMOR MADRE, caballito de plata, flor del mundo.

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  12. oh, lieber Manuel,
    Mutter, das geht zu Herzen....
    es rollt ein Film bei deinen Worte bei mir ab,
    ein Bild ist im Herzen immer dabei,
    jeden Tag, jeden Tag,jenen Tag weißt du...
    es gibt immer eine Erinnerung, einen Gedanken,
    "es ist das, woher wir kommen, wer wir sind"
    Maria, ein schöner Name und auch ein wunderschönes Foto, viele herzliche Grüße in diese Zeit von Jasmin....

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  13. Mi querida Jasmin:
    "O schonet mein! Allmächtig fortgezogen,
    Muss immerhin des Lebens frische Flut
    Mit Ungeduld im engen Bette wogen,
    Bis sie im heimatlichen Meere ruht."
    Sí, en el Mediterráneo están abriendo los jazmines...

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  14. Preciosa foto y narración como todos tus escritos relacionados con la infancia y que a mí me parecen algo especial.
    Imagino a tu madre con paciencia repitiendo: "abróchate la camisa,
    come, calla, no des mal y baja los pies de la silla". El mejor asiento y acogida que tiene el hombre en el mundo son las rodillas de su madre.
    Buen día Manuel.

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  15. Manuel,

    Daqui te felicito pelo encanto da Senhora tua mãe:

    - “déjame mirarte a los ojos. Quiero saber cómo estás”. De su sufrimiento, ni una palabra.

    e também pela tua felicidade de criança :))

    Gosto muito de te ler Manuel.
    Te abraço com muito carinho neste Natal que te desejo muito feliz, com muita paz e muito amor.

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