Un bip-bip regular, el burbujeo del oxígeno, la luz naranja que se enciende y apaga encima de la puerta.
Del resto, tan solo un olor a desinfectante, las sábanas ásperas, la vigilia sin nombres. En tiempos mejores, las habitaciones eran de hotel y eran mías contigo. Hoy son de clínicas y mías sin ti.
( he tomado las fotos con un teléfono móvil )