En la foto,de izquierda a derecha, de pie:
Serrano de Pablo/ Alcaraz/ Rodriguez/ Alonso/ Resines/ Domínguez/ Torres Rojas
agachados:
Viada/ Galindo/ Rumeu/ Enciso/ Ruiz/ De Diego
La cena de Nochebuena es entrañable. Los viejos lloran por sus muertos y se atracan de gallina en pepitoria y de besugo, de turrones y figuritas de mazapán y de alfajores, alfandoques, roscos de anís, mantecados, polvorones, batatines, yemas y demás dulzainas, de esas que no amargan a ningún tonto. Comoquiera que mis mayores, tanto por parte de padre como de madre, son de Granada, de allá llegaban los dulces y unas inmensas alcuzas de aceite, así como pavos vivos en seras de esparto cosidas con harpillera, de manera que los animales respiraban cabeza afuera. También reforzaban nuestra despensa, de cara a los rigores del invierno, unas grandes orzas de barro llenas de lomos de cerdo adobados con pimentón colorao y clavo y bien enterrados en manteca del propio animal.
El empacho del ágape de Nochebuena y su correspondiente cagalera no eran de cuidado, pues se curaban a base de chocolate de algarroba y de agua con limón y bicarbonato. Además... ¡qué más daba si quedaban días y días hasta que, pasado Reyes, había que reingresar en el calabozo escolar!
Me viene ahora a los puntos de la pluma que la vida es tal que así: naces, vas al colegio, te licencias de la mili cual hombre de provecho, te arregostas a trabajar cuarenta años en una jodida oficina y ¡venga alegría!, al jubileo de visitar médicos para ver en cuántas estrellitas se pasan de la raya tus niveles de ácido úrico, colesterol o triglicéridos. A propósito, a ver si los galenos paran ya de bajar el límite para aprobar el examen del colesterol. Hace años pasabas la prueba con 260, luego exigieron 240, ahora van por 220 y... malicio que para el próximo análisis o te presentas con menos de 200 o te catean y te castigan a tomar una estatina cualesquiera.
Manuel una entrada de Nochebuena entrañable la que escribes en tu relato.
ResponderEliminarEn la imagen del grupo de amigos de colegio, tienes cara de niño guapo y bueno, un poco traviesillo.
Besos de MA.
Sí, sí, pareces un pillo.
ResponderEliminarQué bien escribes Manuel, siempre te digo lo mismo, por eso vengo con frecuencia a tu blog a leer literatura de la buena, hoy acompañada de un pantagruélico delicatessen, tal es que en el segundo párrafo ya me hice bulímica.
abrazos de los míos.
Al igual que en la entrada anterior, tu texto envuelve nostalgias, y eso me gusta.
ResponderEliminar¿Sabes? Mi hermano y yo, el día de Nochebuena siempre nos empachábamos a dulces, y claro, por la noche, vomitona al canto. Pero daba igual, al día siguiente tan contentos y vuelta a empezar.
Lo que hablas del colesterol es una verdad como un camión, y no solo el colesterol, también los índices de la tensión arterial, y otras sustancias más. Atravesamos un momento de "higienismo" centrado en la salud física, y yo me pregunto ¿y que pasa con la salud mental?, ¿con el disfrute personal? Bueno, corto que esto da para mucho.
Caluroso abrazo
Un abrazo
Nochebuena de paz, recuerdos entrañables y trasiegos de colesterol después de un repaso a nuestras ajetreadas vidas que se terminan midiendo en el escalafón maldito de tan horrible palabra.
ResponderEliminar(Igual tengo que empezar a mirarme "eso")
Un beso y como siempre es un gustazo recorrerte en letras.