( autorretrato )
Cuando voz y acento conmueven no es preciso hablar,
bastan la piel con sus silencios y deseos.
Cuando acento y voz no estremecen
no existe manera de hablar con quien quisiste y ya no.
Pregúntale a ella, que aún te ama, si prefiere tu piel o tu palabra.
¡No hallo manera de hablar y amar!
Ni de odiar y hablar.
Ni tan siquiera la forma de hablar desde el limbo del desamor,
cuando el amor ha muerto entre palabras.