viernes, 23 de diciembre de 2011

Triste de hoy, contenta para mañana


( fotos tomadas por mí con un Nokia N-8)


La enfermedad es el estado humano más democrático que existe, lo que no impide que sea terriblemente injusta.  Igual da que seas rico o pobre, guapo o feo, listo o tonto, vizconde de Montilla que bracero en Utiel.
Tampoco respeta la improbable ley de la probabilidad, pues nada impide que después de darte un infarto no te ataque a traición una insuficiencia renal, mientras que tu vecino no conoce ni lo que es un bendito catarro estadístico. 
Un poco como la renta per cápita, pero ciegamente administrada por un azar aleatorio, caprichoso, injusto y cruel; de ahí que nos quedemos estupefactos cuando nos enteramos de que una bella, buena y noble persona tiene una enfermedad incurable, mientras que ese jefe tuyo, psicópata y egoísta, a quien quisiéramos ver criando malvas, sigue sano como un rubicundo y rollizo niño de teta.
Menos mal que en cuanto acabe me voy a cobrar el décimo premiado, y… ¡que sea lo que Dios quiera
!

(Texto que me ha remitido hoy, víspera de Nochebuena y vía móvil, mi amiga Théophile P., desde la sala de espera de un gran Centro Médico Público.)


miércoles, 14 de diciembre de 2011

Madurez de hombre



Las ramas de los sauces mojados y amarillos
te rozarán la frente. En la arena perlada,
verbenas llenas de agua, de cálices sencillos,
ornarán la indolente paz de tu pisada.
Y tu cabeza ceñirá por siempre egregia
la corona de laurel de los sueños:
mirar hacia el azul, perfecta belleza, luz.

(Poema enviado por un grupo de seguidoras de este modesto blog,
con ocasión de no recuerdo qué aniversario¡y que sea lo Dios quiera!)


viernes, 2 de diciembre de 2011

Todos cuantos vagan


(Tomé la foto, con teléfono móvil, en Copenhague)

A todos cuantos vagan los llevo conmigo.
No, no digáis que no os lo he dicho.
Aquí:


¡No, no, no lo digáis!