(capítulo segundo)
El pozo, el rebosadero, la entrada de las aguas de escorrentía y la boca de la acequia para las de riego eran los cuatro accesos al aljibe. Hice planos, calculé alturas, sopesé riesgos y cavilosamente elegí la compuerta de la acequia. Bien sabe Dios que también busqué la entrada de las aguas pluviales, pero no di con ella. Al aliviadero mi cuerpo de muchacho no llegaba, incluso subiéndome a la escalera de palos que usaba para coger higos maduros de las empinadas copas de las higueras más altas. Altas eran de tanto mirar al Mulhacén.
La del alba sería cuando descalzo y en meyba repté por la acequia y me tiré a lo oscuro. Me profundí en lo hondo. Chichones apenas si me hice, que lo peor fueron las machacaduras, raspaduras y excoriaciones en rodillas y codos. Había calculado mal y el gran recinto aljibarero , de paredes revestidas de ladrillos ensamblados con argamasa y revocados con arena de miga y tierra, tenía poca agua y mucha hondura.
Hermoso y divertido viaje al centro de un aljibe. La aventura de la curiosidad sin límites de la niñez. Tus descripciones, si me lo permites, son muy plásticas, he podido ver más que leer, esas higueras que crecen de tanto mirar al Mulhacén, y esos chichones fruto del gato curioso.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Un beso.
MARISA, DAMA DE GRAN PERFECCIÓN, VALOR Y MERECIMIENTO,AQUÍ, MI AMIGA, OS PRESENTO, AQUESTE AGRADECIMIENTO, POR VUESTRO CONSTANTE ALIENTO...(me parece que utilizo el pié de HURTADO DE MENDOZA) BESO Y FIRMO
ResponderEliminarQué buena música suena en ésta escritura.
ResponderEliminarEspero volver a leerte dentro de unas semanas.
NIÑA, HACES EL CAMINO Y TE ALEJAS "UNA SEMANAS"...¡QUÉ DOLOR, QUÉ DOLOR QUE PENA!...
ResponderEliminarQue me dices amigo, si te digo que yo estoy ahora mismo mirando desde mi ventana al Mulhacén de mi alma y de tu alma.... este que tu nombras en tu magnifica narración.
ResponderEliminarUn abrazo de amistad y cariño de MA .
PUES TE DIRÉ QUE ERES UNA..."SUERTUDA"...MI DORMITORIO EN LA CASERÍA DABA DE BRUCES CON NUESTRA SIERRA...¡QUÉ SIETE "PUÑALÁS" ME HAN "DAO"!
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