( El autor sin recuerdos)
Desperté sin pijama y sin recuerdos.
Mi cuerpo estaba cubierto tan sólo por una bata de hospital, de esas que te dejan con el culo al aire. Mi memoria, vacía. Boca arriba, yerto de cuerpo y yermo de espíritu, respiré con la tripa. Tenía un ladrillo en el estómago y la lengua como lija del número tres.
El médico preguntó:
- ¿Cuál es su último recuerdo?
Contesto:
- No lo sé. ¿Cuánto tiempo llevo aquí?
Dice el médico que en mi historial no consta fecha de ingreso y que, cuando él empezó a trabajar en la clínica, hace un lustro, era fama que yo era el decano de los pacientes.
El galeno insiste:
-¿Qué es lo último que usted recuerda?
Se estaba poniendo pesado. Respondí:
- Una casita muy chiquitita con muchas flores en el jardín.
El hombre de la bata blanca humaniza su rostro y dice:
- En ella vivía usted, supongo. ¿Dónde estaba esa casa?
Contesto:
- Que no doctor, es la letra de una canción.
Este tío está casado con su opinión. Porfía:
- Usted tiene que recordar algo y es su deber ayudar a solucionar su caso.
Preferí no decirle al neurólogo que a mí me importaba un pito solucionar mi caso y decidí darle una pequeña alegría.
- Si, claro. Una mañana de sol y de frío fui con mi primo a la carpintería de Damián para encargar un tablero de madera para jugar al fútbol con los botones.
Bostezo. Pido al hombre de las preguntas que me deje dormir un rato. Cierro los ojos y me autodiagnostico. Claro que tengo recuerdos. Lo que pasa es que son deseos y no sé si se cumplieron o no. Da igual. No pienso averiguarlo.
Me acuerdo de ella. ¡Dios! Tacones, manos, medias. Su falda, sus zapatos, su blusa, su melena, su cuello con sus rizos. Me acuerdo de ella con el corazón, no con la memoria.
Muy irónico, me reído de lo lindo. Pero el relato además es tierno y muy precioso, yo diría que es muy emotivo.
ResponderEliminarBesotes.
Quién no aspiraría a quedarse en ese hogar. La memoria es engañosa. Besos.
ResponderEliminarSin recuerdos en la memoria es uno un ser muerto en vida... claro que hay recuerdos que es mejor olvidarlos y otros revivirlo siempre para que esten vivos...
ResponderEliminarBueno Manuel no seria esa casasita muy chiquitita con jardín que nombras la casa de los siete enanitos y en ella estaba Blanca Nieves con la malvada madrastra.
Un abrazo de MA y recuerda siempre amigo a pesar de los pesares y no olvides...que eso da problemas graves....
A veces la memoria selectiva nos puede ayudar a borrar aquello que no queremos recordar. Debe ser difícil vivir sin recuerdos por más que nosotros intentemos luchar por revivirlos. Eso si tiene que ser duro, una amnesia de verdad.
ResponderEliminarUn abrazo,
María Eva.
Me gusto, por como lo escribes,(me gusta tu forma de escribir) espero que no te haya pasado, para que me haces llorar? no se vale, bbuuuu, pero se que tu de amnesia nada,verdad? es broma...saludos María
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