Querido Manuel, los ojos son la Mente y esta nunca envejece. Yo prezfiero que vengas a mi blog y asi de paso que opines sobre mi tercera novela a ver que te parece mi estilo de narrar. He representado una escena en el campo. Un fuerte abrazo
¿dices velo?, yo diría una venda de varios metros. Aseguran que si los cierras verás más claro, que de llorar se afean y que de amor se ciegan. Que sean verdes, como los míos, como, como brillo de faca y como la albahaca.
"Que cuando una persona por los ojos se te meta, ya nadie te apea ni te hace volver atrás, y llevas aquella idea por donde quiera que vas".
Y a veces también quien es observado rejuvenece por efecto de la mirada. Como el paisaje se reinaugura al ser contemplado en el justo modo. Es una nueva Creación cada amanecer. Pero quizá no lo sería tanto de no tener un observador sobre el que ejercer su fascinación. Una parte de lo que cada cosa es brota del reflejo que de ella devuelven los espejos en los que tal cosa decide mirarse (o del reflejo que devuelven los espejos que, en efecto, deciden devolverle la mirada). Me parece un sano ejercicio. El de rejuvenecer gracias al mundo que queda fuera, quiero decir. Lo cierto es que no creo demasiado en las fronteras, así que el mundo de fuera… el mundo de dentro… A veces me resulta un poco confuso; se me hace difícil discernir.
Te diré. Te diré que me parece una iniciativa generosa. Doblemente apreciada por ser al tiempo espontánea y por haber brotado tan solícita. Podría ser yo un bicho malo disfrazado de otra cosa. Es notorio que nutro predilección por las personas que aún cultivan la fe en sus semejantes. Y es sabido que, a partir de una cierta edad, el trabajo del hortelano se hace cada día más difícil. Admiro no menos la voluntad y el tesón, el amor por el trabajo. Ya puestos, me quedo también con quienes gozan de intuición para descubrir el mundo que les rodea, y se molestan aún en hacer uso de ella. Te explicaré, procurando ser breve (¡¿yo?!). Como habrás intuido por su estructura, la página sobre el Barrio Judío de Hervás nació con el único fin de servir como megáfono para sus habitantes, para permitirles exponer sus reclamaciones y manifestar sus necesidades. Bien porque el barrio judío está habitado mayoritariamente por personas de una cierta edad, bien porque los hervasenses no diesen con esa plaza pública que se les ofrecía, bien porque, como siempre les repito a ellos mismos, su actitud pasiva y sumisa, obsequiosa incluso ante los desmanes, es intolerable e injustificable (bueno, justificación tiene y encima te la dan sin el menor pudor en privado, claro: “¡Cómo firmar un papel o manifestarme públicamente! ¿Y si mañana tengo que ir a pedirle un favor a al alcalde?”), no se le dio esa vida. Y yo la abandoné casi inmediatamente. Ahora que observo que el interés por el blog sobre naturaleza ha arrastrado algunos seguidores también aquí, he decidido emplearla principalmente para que el patrimonio culinario de Hervás no se pierda. Es tarea ardua: hace unos días estuve interrogando a mi pobre tía abuela Constancia (qué gran mujer). Supera los noventa (gloriosos) años y dice haber perdido todos los apuntes de repostería tradicional. Para mí que los ha quemado: no tienes ni idea de lo que ha cocinado en su vida, hasta prácticamente ayer (ahora se dice reacia a hacer mucho más que canelones y cuatro cosas más). Bueno, cocinado, arrancado malas hierbas, cosido, bordado… Se finge amnésica, pero a base de preguntas algunas cositas vamos sacando. Ya nadie o casi nadie prepara estos platos, y dentro de poco se habrán ido para siempre (junto con quienes los custodian, lamentablemente). Es una labor que considero importante por múltiples motivos que ya expuse en su día en el blog, pero entiendo que tu deseo de colaborar va por otro lado. Y es ése un lado en el que, en realidad, Hervás necesita mucha ayuda. No es el único. Quizá ni siquiera el que más. Pero sucede que este caso lo conozco bien y me duele. Lo he visto deteriorarse desde que tengo cinco años, así que es también una parte de mi infancia y adolescencia, una parte muy importante y feliz, la que de alguna forma me han robado. ¿Afán de venganza? Ni mucho menos. Lo que se ha perdido no se puede recuperar. Pero quizá no haya que resignarse (como hacen por aquí) a la idea de perderlo absolutamente todo. El deterioro ambiental que afecta al pueblo se irá discutiendo (muchas veces en entradas más bien intimistas, pues no puede ser de otro modo dada mi relación con la naturaleza) en el apartado “SOS natura” que cree hace algún tiempo. ...
Entonces advertí que Hervás no era sólo los paisajes idílicos que normalmente se mostraban en mi casa (que es también vuestra casa). Que había también un rostro mucho menos amable, que no es ése al que mi cámara ni yo solemos mirar, dado que no es ése el que amamos. Avisé que habríamos de tratar temas desagradables, por el bien de todos. Y luego… Y luego me preocupó dañar la imagen del pueblo. Y callé. E hice mal. Porque ese tiempo de respiro ha servido sólo para que los desmanes aumentasen y quienes eran prepotentes ya entonces se volviesen aún más prepotentes. Y últimamente he tenido noticias tan escandalosas… Que se ha acabado. ¿Arremeteré como un jabalí enfurecido? No lo creo. Pero diré, como hago siempre, serenamente, honestamente, cuanto crea el caso decir. Resumiendo, a partir de ahora y especialmente antes de que los cauces de los ríos comiencen a desecarse, en la página sobre naturaleza se intentará recordar al Ayuntamiento de Hervás y a otros cuerpos competentes (porque los forestales, temo, con lo bien que me caen y lo mucho que estimo su labor, a veces quizá hayan de llevarse lo suyo), pero también a los propios ciudadanos, que se comportan cada día de forma más incívica, que todos tenemos responsabilidades respecto a un patrimonio que no es de nadie, y al tiempo a todos pertenece. Ahora sabes ya cuál será el futuro de ambos blog. Al menos si yo no me lío la manta a la cabeza y decido convertirlos en espacios de moda, corazón o cualquier otro argumento. Pero no lo creo, porque no soy especialmente voluble. Con esa información puedes tomar tus propias decisiones. Sean las que sean serán siempre respetadas, apreciadas y agradecidas como corresponde. Como no lo será menos tu presencia en mi/nuestra humilde morada. En ambas, en realidad. Abrazos Salomé PS. Qué desastre, ya se me olvidaba: gracias de nuevo por haberme ofrecido la oportunidad de descubrirte. Quizá habría tardado mucho más. O puede que ni siquiera hubiese dado contigo.
A cuantas personas escribimos nos viene estupendamente que nuestros improbables lectores nos hagan llegar los ecos e impresiones que nuestra escritura provoque en ellos. A tal fin, reseño aquí la dirección de mi correo: manuel.t.rojas@gmail.com
Escribir no cuesta dinero
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En los tiempos que corren...
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No aseguro si el...
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Querido Manuel, los ojos son la Mente y esta nunca envejece.
ResponderEliminarYo prezfiero que vengas a mi blog y asi de paso que opines sobre mi tercera novela a ver que te parece mi estilo de narrar.
He representado una escena en el campo.
Un fuerte abrazo
En mi tierra siempre se ha dicho "los ojos son niños" ...
ResponderEliminarUn saludo
Mis ojos son aún jóvenes cuando la miro y los de ella también cuando te mira.Eterna juventud.
ResponderEliminarlos ojos del alma del amor nunca envejecen.
Besos de MA para ti Manuel.
Sí, mi querida Gara, son "las niñas de tus ojos"...gracias mil y mil afectos para ti.
ResponderEliminarLa juventud es contagiosa...
ResponderEliminarSalud!
Amigo Enrique, la juventud es contagiosa, pero se pasa con el simple transcurso del tiempo. ¡Salud!
ResponderEliminarCoincido con Ma, si miran los ojos del amor no ven al ser amado envejecido porque el amor renace cada dia si es verdadero.
ResponderEliminarBesos
María, el amor cubre con un velo los ojos del amante...¿durante cuánto tiempo? Un beso de buenas noches, Manuel.
ResponderEliminarTodo un mundo, en brevísimas palabras...!!!
ResponderEliminarUn abrazo Manuel Mª
MarianGardi y MA, ¡larga vida en eterna juventud os deseo!
ResponderEliminarSí, Merce, no sé quien dijo que la mejor escritura es la que no existe, aunque pienso que, ¡tampoco conviene exagerar!
ResponderEliminarBello y sintético texto (como a mi me gustan)
ResponderEliminarMe ha alegrado volver a verte por mi casa.
Espero que nuestras visitas sean más frecuentes.
Un abrazo
Mercedes
Juventud... divino tesoro... y sí, sólo se cura con el tiempo.
ResponderEliminarBesos para tus jóvenes ojos al mirar.
¿dices velo?, yo diría una venda de varios metros.
ResponderEliminarAseguran que si los cierras verás más claro, que de llorar se afean y que de amor se ciegan. Que sean verdes, como los míos, como, como brillo de faca y como la albahaca.
"Que cuando una persona
por los ojos se te meta,
ya nadie te apea
ni te hace volver atrás,
y llevas aquella idea
por donde quiera que vas".
Buenas noches Manuel.
Y a veces también quien es observado rejuvenece por efecto de la mirada. Como el paisaje se reinaugura al ser contemplado en el justo modo. Es una nueva Creación cada amanecer. Pero quizá no lo sería tanto de no tener un observador sobre el que ejercer su fascinación. Una parte de lo que cada cosa es brota del reflejo que de ella devuelven los espejos en los que tal cosa decide mirarse (o del reflejo que devuelven los espejos que, en efecto, deciden devolverle la mirada). Me parece un sano ejercicio. El de rejuvenecer gracias al mundo que queda fuera, quiero decir. Lo cierto es que no creo demasiado en las fronteras, así que el mundo de fuera… el mundo de dentro… A veces me resulta un poco confuso; se me hace difícil discernir.
ResponderEliminarLoli, corazón..."Pa' mi ya no hay soles, luceros ni luna,/ no hay más que unos ojos que mi vía son..." ¡Ay!
ResponderEliminarTe diré. Te diré que me parece una iniciativa generosa. Doblemente apreciada por ser al tiempo espontánea y por haber brotado tan solícita. Podría ser yo un bicho malo disfrazado de otra cosa. Es notorio que nutro predilección por las personas que aún cultivan la fe en sus semejantes. Y es sabido que, a partir de una cierta edad, el trabajo del hortelano se hace cada día más difícil. Admiro no menos la voluntad y el tesón, el amor por el trabajo. Ya puestos, me quedo también con quienes gozan de intuición para descubrir el mundo que les rodea, y se molestan aún en hacer uso de ella.
ResponderEliminarTe explicaré, procurando ser breve (¡¿yo?!). Como habrás intuido por su estructura, la página sobre el Barrio Judío de Hervás nació con el único fin de servir como megáfono para sus habitantes, para permitirles exponer sus reclamaciones y manifestar sus necesidades. Bien porque el barrio judío está habitado mayoritariamente por personas de una cierta edad, bien porque los hervasenses no diesen con esa plaza pública que se les ofrecía, bien porque, como siempre les repito a ellos mismos, su actitud pasiva y sumisa, obsequiosa incluso ante los desmanes, es intolerable e injustificable (bueno, justificación tiene y encima te la dan sin el menor pudor en privado, claro: “¡Cómo firmar un papel o manifestarme públicamente! ¿Y si mañana tengo que ir a pedirle un favor a al alcalde?”), no se le dio esa vida. Y yo la abandoné casi inmediatamente. Ahora que observo que el interés por el blog sobre naturaleza ha arrastrado algunos seguidores también aquí, he decidido emplearla principalmente para que el patrimonio culinario de Hervás no se pierda. Es tarea ardua: hace unos días estuve interrogando a mi pobre tía abuela Constancia (qué gran mujer). Supera los noventa (gloriosos) años y dice haber perdido todos los apuntes de repostería tradicional. Para mí que los ha quemado: no tienes ni idea de lo que ha cocinado en su vida, hasta prácticamente ayer (ahora se dice reacia a hacer mucho más que canelones y cuatro cosas más). Bueno, cocinado, arrancado malas hierbas, cosido, bordado… Se finge amnésica, pero a base de preguntas algunas cositas vamos sacando. Ya nadie o casi nadie prepara estos platos, y dentro de poco se habrán ido para siempre (junto con quienes los custodian, lamentablemente). Es una labor que considero importante por múltiples motivos que ya expuse en su día en el blog, pero entiendo que tu deseo de colaborar va por otro lado. Y es ése un lado en el que, en realidad, Hervás necesita mucha ayuda. No es el único. Quizá ni siquiera el que más. Pero sucede que este caso lo conozco bien y me duele. Lo he visto deteriorarse desde que tengo cinco años, así que es también una parte de mi infancia y adolescencia, una parte muy importante y feliz, la que de alguna forma me han robado. ¿Afán de venganza? Ni mucho menos. Lo que se ha perdido no se puede recuperar. Pero quizá no haya que resignarse (como hacen por aquí) a la idea de perderlo absolutamente todo. El deterioro ambiental que afecta al pueblo se irá discutiendo (muchas veces en entradas más bien intimistas, pues no puede ser de otro modo dada mi relación con la naturaleza) en el apartado “SOS natura” que cree hace algún tiempo.
...
Entonces advertí que Hervás no era sólo los paisajes idílicos que normalmente se mostraban en mi casa (que es también vuestra casa). Que había también un rostro mucho menos amable, que no es ése al que mi cámara ni yo solemos mirar, dado que no es ése el que amamos. Avisé que habríamos de tratar temas desagradables, por el bien de todos. Y luego… Y luego me preocupó dañar la imagen del pueblo. Y callé. E hice mal. Porque ese tiempo de respiro ha servido sólo para que los desmanes aumentasen y quienes eran prepotentes ya entonces se volviesen aún más prepotentes. Y últimamente he tenido noticias tan escandalosas… Que se ha acabado. ¿Arremeteré como un jabalí enfurecido? No lo creo. Pero diré, como hago siempre, serenamente, honestamente, cuanto crea el caso decir.
ResponderEliminarResumiendo, a partir de ahora y especialmente antes de que los cauces de los ríos comiencen a desecarse, en la página sobre naturaleza se intentará recordar al Ayuntamiento de Hervás y a otros cuerpos competentes (porque los forestales, temo, con lo bien que me caen y lo mucho que estimo su labor, a veces quizá hayan de llevarse lo suyo), pero también a los propios ciudadanos, que se comportan cada día de forma más incívica, que todos tenemos responsabilidades respecto a un patrimonio que no es de nadie, y al tiempo a todos pertenece.
Ahora sabes ya cuál será el futuro de ambos blog. Al menos si yo no me lío la manta a la cabeza y decido convertirlos en espacios de moda, corazón o cualquier otro argumento. Pero no lo creo, porque no soy especialmente voluble. Con esa información puedes tomar tus propias decisiones. Sean las que sean serán siempre respetadas, apreciadas y agradecidas como corresponde. Como no lo será menos tu presencia en mi/nuestra humilde morada. En ambas, en realidad.
Abrazos
Salomé
PS. Qué desastre, ya se me olvidaba: gracias de nuevo por haberme ofrecido la oportunidad de descubrirte. Quizá habría tardado mucho más. O puede que ni siquiera hubiese dado contigo.