jueves, 6 de mayo de 2010

GRANADA, MI ALJIBE VI


( sexto capítulo )

Los de la casa grande me buscaban a gritos. Con los ojos cerrados, no oía las voces, sólo sus ecos, que nada significan cuando estás aprendiendo a sobrellevar la fútil inconsistencia de la vida y costumbres de los hombres hechos.

A la tercera noche salí trepando por la soga del pozo que amarra el cubo y se enrosca en la garrucha. Me senté a cenar, envuelto en colosal albornoz de mi abuelo, en un extremo de la apotólica mesa de la sala de comer de la gran casa granadina.

Con cara de vinagre, padre me dijo:

¿Probarás también a vivir en el estanque de cocer el lino?

Callé. El ambiente no estaba para ser sincero. Y el agua del estanque del lino olía a huevos podridos. Además, trazados estaban ya los objetivos, la estrategia y los planes tácticos del verano siguiente. Se trataba de conocer los aljibes de las caserías vecinas, pero sin tocar tierra.

Estaba convencido de que ello era posible utilizando la red de acequias planificada por los árabes. Tampoco descartaba la existencia de túneles secretos que uniesen entre sí los viejos aljibes del tiempo de los moros.

Abonaba mi tesis la circunstancia de haber comprobado, en mi encierro de espiritual terapia acuática, la existencia de una boca de túnel del que sólo me atreví a recorrer unos metros, pues su inclinación descendente hacía que enseguidita quedara uno por completo sumergido. Para avanzar hubiera necesitado gafas de bucear, una bombona de hombre rana y una linterna sumergible. Tres utensilios que no eran fáciles de obtener en la postguerra, si bien yo confiaba en que, con buenas notas y la ayuda financiera de un tío mío que había explorado en su juventud las fuentes del Orinoco, la empresa fuera factible. Vamos, que a no tardar pudiera comprar las tres vainas esas.

9 comentarios:

  1. Oh que maravilla de niño querer explorar los aljibes de las caserías a traves de las acequias de agua para regar las huertas de casas de los campos y jardines de la Alhambra , un proyecto interesante y encima chapoteando por el recorrido de las acequias llenas de agua fresquita de la sierra de Granada y de los aljibes, estoy esperando el desenlace del nuevo capitulo lleno de aventuras.
    Un abrazo de MA con olor granadino de Carmenes.

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  2. Deliciosos y secretos sueños de niño deseando deslizarse furtivamente por túneles mágicos de aguas que le conducirán sin remedio a la adolescencia, y que estoy deseando descubrir.
    Manuel, tu espléndido relato es un viaje cómodo y fresco en el tiempo.
    Un beso aljibiano.

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  3. MARISA QUERIDA, HASTA HACE UN AÑO YO ERA UN NIÑO...¡Y TÚ, AGUA CLARA!
    UN BESO DE ACEQUIA BENDITA.

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  4. MARÍA ÁNGELES, EN LA CASERÍA NO TENÍAMOS PISCINA NI ESAS COSAS UN POCO CATETAS. AL APRETAR LA CALOR, ME METÍA EN LA ACEQUIA GRANDE ¡GLORIA PURA, NIÑA!

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  5. Aventuras de niño, de infancia clara, de recuerdos...

    Aún permanecen, flotando en la realidad presente, y si no lo hacen... debemos rescatarlos!!

    Me gusta. Un saludiño de costa Atlántica.

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  6. SUSI ¡QUÉ ALEGRÍA! NO ME RECUPERO DE LA INFANCIA...Y NO TODO ERA LA ARCADIA FELIZ...ABRAZOS ESTEPARIOS

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  7. Tienes duende mi alma. No dejes escapar a lo que quede de ese niño aventurero, cometerias un error, te lo aseguro. Un beso fresco, como ese agua de la acequia.

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  8. ¡ES UN PLACER! ¡GRACIAS A TÍ POR TU VISITA Y COMENTARIO!

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