
Cuarenta años son nada, dice el tango. ¡Y un carajo! Las cuatro décadas que me he tirado buscando en este Madrid de mis pecados una tetería "comme il faut", un calvario han sido para mí. Vailima es un salón de té "clavaíto" a los de London o el mismísimo Paris.
Casi ná pal´ body.
Amo el té rojo imperial que viene de la China, que al levantarme me anima el ánima. A la tarde un té verde japonés que hilo es y lo es y, si no te lo digo, no lo aciertas en un mes: Kukicha Karigané, lo mismo solito que con un canapé
Emparedados, que no sandwiches, de los que no cataba desde mi primera comunión. De la bollería no hablo, que no practico. El servicio, para mí lo quisiera yo en los días de fiestas de guardar.
Lo dicho. Vailima, sita en General Pardiñas 54, en el madrileño barrio de Salamanca, es gloria bendita.