(es continuación...)
El primate armado y rampante estaba muy cabreado:
-Si quieres morir ya ¿se te ocurre manera menos dolorosa que un tiro en la boca?
Le había tenido al borde del k.o. y el muy cabrón seguía en pié por mi puta manía de dar lecciones de moral. Le aticé un crochet en pleno hígado:
-Eso es cosa de suerte. No te pongas sentimental.
(continuará...)
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