jueves, 11 de noviembre de 2010

GRANADA: TORRES DE ALHAMBRA


( foto FERDINANDO SCIANNA Granada Semana Santa 1984 )


Viajo a Granada para asistir a una boda familiar. Me llama la atención la belleza de las crías de mis primas. Ganan a los varones en galanura e inteligencia y, frecuentemente, en estatura. Me preguntan con insistencia por Ada y yo les enseño las fotografías de mi queridísima perrita jack Russell terrier. Una de ellas, con picardía, me dice que algunos rasgos de Ada son míos. Pero quiere saber más. Quieren ver a Ada representada como abuela. O sea, que escriba sobre la Ada de hoy.

Estoy en el hotel Alhambra Palace. En la cena de celebración del matrimonio comparto mesa y mantel con señoras leídas y escribidas. A la altura de la lubina al hinojo va una de ellas y me suelta un sermón sobre cómo llegar a la fe a través del conocimiento. Me porté muy bien y no quise hablar del encarnizamiento de la escolástica contra la ciencia y la razón moderna. Heráclito, con su preocupación naturalista, no recurre a una divinidad para explicar los fenómenos naturales. Hegel, en su “Diario por los Alpes de Berna”, recuerda a Heráclito: “esto es así”.

Cambié de conversación piropeando a la señora y haciéndole ver que había notado que su marido llevaba un precioso Pathek Philippe en la muñeca. La dama agradeció mi ayuda para salir de los laberintos del jardín del conocimiento que conduce a la fe. Me dijo, orgullosa, que el reloj se lo había regalado ella. Si vuelvo a ver a la señora que tiene un cerebro que tiene fe, igual voy y le explico un cuento japonés. El del hombre espiritual que se conecta con lo sagrado por medio de sus sentidos y no con la razón. Por cierto que los paganos creían en los dioses del campo. No eran ateos. Eran politeístas, que es otra vaina.

No sé qué piensa de Granada mi hermano muerto. Él, que fue el primer hermano que nació en Madrid, ¿está preñado, como yo, de un sentimiento de amor/odio hacia la tierra de nuestros padres y abuelos?
A mí me gusta la tierra de labranza tanto si es de pan llevar, como si es de vega. En la Granada de hoy ya no queda vega pues han sustituido los pimientos, habas y berenjenas por torres muy altas y muy requetefeas.
Me cuesta ir a Granada pues a ella llego melancólico, en ella me vuelvo iracundo, los recuerdos de mis muertos me persiguen y, dos o tres días después, tengo que salir de allí o hincar el pico.


10 comentarios:

  1. Su duende se perdió hace tiempo, no tengo tus vivencias familiares en ella, pero te entiendo.
    Un beso cómplice.

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  2. Olá Manuel,
    A primeira vez que fui a Granada, há muitos anos, fiquei apaixonada, achei uma terra magnifica e com imensa História. O calor era quase insuportável (adoro o calor), o Sol tinha um brilho fabuloso (morro sem Sol).
    Compreendo-te, as torres roubam os verdes, escondem o Sol, não há espaços para as árvores e para as flores.
    Por vezes, detesto certos "desenvolvimentos"...

    Abraços.

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  3. Querida "OutrosEncantos": Me encanta tu precioso comentario, que pone el acento en lo que a mí me duele tanto: el desarrollo urbanístico descontrolado y corrupto que beneficia solamente a personas sin escrúpulos ni ética. Abrazos de amistad fraterna.

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  4. A mi lo que me ocurre cuando voy a la tierra en que nací, a pesar de las nostalgias, de los que ya no están, de la gente querida que aún vive allí, estoy deseando irme a los dos días. No soporto el provincianismo. Soy y me declaro urbana, de gran ciudad, ahí me pierdo y me encuentro.
    Una gran diferencia contigo es que cuando voy a mi tierra no me codeo con "Pathek Philippe".

    Un abrazo, y a aguantar "el temporal"

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  5. Querida Mercedes:
    Voy poco a Granada. Lo que recuerdo de ella, ya no existe y yo tampoco soy el mismo. No creas que me topo con frecuencia con un señor "Pathek Philippe"...¡qué pereza! Por cierto que me pareció entender que se dedicaba a...¡la construcción! ¡Bingo!
    Madrid está como yo: otoñal...Abrazos urbanitas

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  6. Manuel, supersimpántico tu comentario en mi blog, me hizo reir.
    Un abrazo.

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  7. Dicen que cuando un hombre hace reír a una mujer a una mujer, lleva mucho adelantado ¡Vaya usted a saber, mi querida Mercedes!

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  8. Manuel querido amigo ,tu amas los recuerdos del pasado de tu tierra granadina igual que a tu vida.
    La llevas en el corazón y en el alma tatuada de tu memoria, en tus escritos se ven el amor de tus vivencias por ella, la tierra que te vio nacer fuiste muy feliz de alma y corazón y vida.

    Hoy esa Granada de tus recuerdos ya no existe tal como tu la narras pero por suerte esta grabada en tu memoria y es solo tuya... y nadie te quita lo bailao.

    Un abrazo de MA.

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  9. Igual vas y le cuentas un cuento japonés a la dama ...¡Me encantó!

    También yo sufrí al ver los cambios de mi Asturias.
    Será que el pasado está instalado en el presente y nos ha marcado indefectiblemente...
    Será que los recuerdos permanecen y uno se aferra a ellos porque nos conectan con lo mejor de lo vivido...
    Será que la nostalgia es recurrente....
    Abrazos!

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